Desde la jubilación del último Concorde, mucho se ha hablado de la posibilidad de volver a ver aviones supersónicos atravesando los cielos. Al menos una vez al año aparecen noticias sobre algún proyecto siendo desarrollado por la NASA, Lockheed Martin, o Airbus, entre los primeros que me vienen a la mente.
No suelo tomármelos en serio, ya que se ha hablado mucho, pero se ha avanzado poco. Ayer, sin embargo, se hizo público que una startup norteamericana de Denver llamada Boom, está trabajando conjuntamente con Virgin en el desarrollo de un nuevo prototipo supersónico. Y si Sir Richard Branson está en el medio, me voy a permitir tomármelo en serio.
Mr Branson, que es un viejo lobo de mar, además de un empresario increíblemente éxitoso e innovador, desde hace tiempo manifiesta su interés por el regreso de los vuelos supersónicos, siendo el principal impulsor de los vuelos espaciales a través de su empresa Virgin Galactic.
Y como ejemplo de su interés, no sólo apoya el crecimiento de Boom a través del aporte la tecnología que el mismo ya desarrolló, sino que además ha firmado ya una opción de compra para adquirir los primeros 10 aviones que se fabriquen, por un valor de dos mil millones de dólares.
El avión de Boom contará con 40 plazas distribuídas en dos filas, una a cada lado del pasillo, lo que significa que cada pasajero tendrá su propia ventanilla. Volará a una velocidad de MACH 2.2, es decir, casi 3 veces más rápido que un avion convencional, y algo más rápido que su antecesor el Concorde, que volaba a MACH 2.04.
Uno de los motivos que llevaron al Concorde a la quiebra fue su elevadísimo costo operacional. Necesitaban vender 100 plazas a 20.000U$ cada una para que les resulte rentable una ruta como Londres-New York.
Por este motivo Boom trabaja en un diseño de fibra de carbono y de un tamaño adecuado, que permita llenar los asientos y que cada billete termine costando unos 5.000U$, que es prácticamente lo que cuesta un asiento en business class en esa ruta en la actualidad.
Podrá volar de New York a Londres en 3 horas y media, o de San Francisco a Tokio en 4 horas y media.
Ambas compañías anunciaron que ya en 2017 estarán haciendo pruebas con un prototipo, y en 2020 esperan ya estar volando el modelo real.
Me entusiasma muchísimo la posibilidad de que vuelvan a desarrollar aviones supersónicos, ya que me quedé con la espina de no poder volarlos mientras en Concorde existía. Ahora, con los tiempos que vivimos, hacía falta ponerle BOOM de nombre al prototipo del avión?