Después de un rápido trayecto en Uber desde el aeropuerto a cambio de 30 dólares llegué al Hotel Park Central San Francisco, ex-Westin y todavía perteneciente a la cadena Starwood, alrededor de la 1:15am agotadísimo.
No solo porque llevaba más de 20 horas de viaje desde Munich sino poque, además, en Europa eran ya las 10am y yo todavía no había pegado ojo.
SUMARIO DEL VIAJE:
– Reporte: Hotel MOXY Aeropuerto de Munich, Alemania
– Reporte: Business Lounge de Lufthansa en el Aeropuerto de Munich
– Reporte: Business Class Lufthansa A330 Munich-Toronto
– Reporte: Maple Leaf Lounge de Air Canada en el Aeropuerto de Toronto
– Reporte: Business Class Air Canada A320 Toronto-San Francisco
– Reporte: Hotel Park Central San Francisco, USA
– Reporte: SkyClub de Delta en el Aeropuerto de San Francisco
– Reporte: Clase Económica de Delta E-175 San Francisco-Los Angeles
– Reporte: Hotel Travelodge Santa Monica Los Angeles, USA
– Reporte: Tren Amtrak Surfliner de Los Angeles a San Diego
– Reporte: First Class de Virgin America A320 San Diego-San Francisco
– Reporte: Hotel Hyat Regency Aeropuerto de San Francisco, USA
– Reporte: Business Class de Air Canada B787-900 San Francisco-Toronto
– Reporte: Business Class de Air Canada B777 Toronto-Munich
La ubicación de esta propiedad es excelente, y fue el motivo fundamental por el que la elegí. Ubicada a pasos de la esquina de 3rd St. y Market St, te permite estar a un corto paseo a pie de Union Square, el Moma, Chinatown, y el Embarcadero.
Perfectamente comunicada con transporte público del resto de la ciudad y el aeropuerto, y repleto de tiendas, bares y restaurantes en los alrededores.
El lobby no es demasiado impactante. Antiguo, desgastado y muy mal ambientado, empezando por las luces de led azules espantosas formando círculos en el techo y las columnas, que alguien le ha puesto probablemente con intención de modernizarlo.
A la derecha de la entrada está la recepción en donde había cuatro mostradores, uno de ellos exclusivo para socios Gold y Platinum del programa SPG que, al haber solo una persona trabajando resultaba irrelevante.
Decidí entonces esperar en la fila regular, en la que había solo una persona, y unos cinco minutos más tarde recibía las llaves de mi habitación.
En el lobby está el bar del hotel, que sí me resultó un espacio agradable para tomar una copita, aunque no tuve tiempo de hacerlo durante las dos noches que me alojé. Al menos tiene intención y ambiente.
Hay también un restaurante, que se llama MaSo, que solo con el nombre te quita toda esperanza 😉
Subí hasta la planta 14 en donde estaba mi habitación utilizando uno de los cinco ascensores de los que dispone esta mole de 36 plantas y 680 habitaciones.
Las habitaciones deluxe están ubicadas entre las plantas 9 y 14. En las plantas inferiores las tradicionales y en las superiores las grand deluxe.
La primera sensación que tuve al entrar a la habitación fue sorpresa por su amplitud. No me la imaginaba tan espaciosa. Les muestro fotos hechas al día siguiente con luz natural para que puedan apreciarla mejor.
Esta amplitud, sumada a la falta de ideas en la decoración, la vuelve un poco desangelada.
La cama es muy cómoda, algo afortunadamente recurrente en las propiedades de Starwood.
Junto a la ventana hay un gran escritorio, con una silla incomodísima, y sobre él una máquina de café de filtro.
Al lado del baño hay un pequeño armario con algunas perchas, y allí dentro la caja fuerte, una tabla de planchar y una plancha.
El mayor defecto de esta habitación a efectos prácticos es la falta de enchufes, que decidieron solucionar de una manera bastante espartana con un alargador múltiple debajo de la cama. Horroroso, pero peor es nada.
Los pocos enchufes que hay están pésimamente ubicados en el frente del escritorio. Al ser toma americano yo tengo que usar un adaptador universal y a éste sumarle el cargador del Mac, formando un mamotreto imposible de sostener en esa posición sin que se caiga.
La mayor virtud de la habitación, las vistas, hacia la esquina de 3rd St y Market
Que por la mañana eran aún más bonitas!
El baño también está decorado con lo justito, pero es cómodo.
Los productos de higiene de la marca Gloss
No desayuné en el hotel, así que no puedo darles detalles sobre el servicio.
La mañana que hice el checkout tomé la foto clásica del blog, favela chique.
Conclusión:
El Hotel Park Central San Francisco es una propiedad que seguramente ha visto tiempos mejores, pero que hoy en día necesita claramente una reforma.
El mobiliario de la habitación es anticuado, faltan enchufes (no, no se puede tener un alargue dando vueltas en una habitación de U$200 por noche) y todo el espacio en general necesita una intervención decorativa urgente.
Dicho esto, la habitación tiene dos cualidades importantes: su gran tamaño y unas vistas fabulosas.
Pagué U$200 por noche por mi habitación deluxe, muy salado pero absolutamente a tono con los precios delirantes de los hoteles en San Francisco y más aún en esta localización premium.
Las habitaciones tradicionales estaban alrededor de U$170.