Reporte: Lounge de Primera Clase de Lufhansa en New York (JFK)

Después de poco menos de una semana en New York, sin fecha clara de regreso, acabé comprando un billete last minute para volar a Roma, a donde había decidido hacer una pausa de un par de días antes de regresar a Barcelona.

Llegué al aeropuerto JFK en Uber y con bastante margen de tiempo previo a la salida del vuelo, al menos dos horas, porque había previsto un tráfico que finalmente no existió.

El check in de Lufthansa estaba vacío, lo que me llamó muchísimo la atención ya que salían con poca diferencia de tiempo el Frankfurt y el Munich y ambos suelen ir bastante llenos.

Pasé la seguridad rápidamente con el servicio de Fast Track que brinda Lufthansa a sus pasajeros de primera clase y que te evita una buena parte de las filas indeseables que hay en los aeropuertos de USA, particularmente en este.

Sumario del Viaje:

Reporte: Volando en el Nuevo Airbus 350 de Iberia desde Madrid a New York
Reporte: Estadía en The Bernic Hotel New York by Hilton
Reporte: Lounge de Primera Clase de Lufhansa en New York (JFK)
Reporte: Primera Clase de Lufthansa B747-8 New York-Frankfurt
Reporte: Estadía en el Hotel Nazionale Roma
Reporte de Vuelo: Business Class de Alitalia A320 Roma-Barcelona

Lounge Primera Clase de Lufhansa en New York

El lounge de primera clase está en una pequeña entreplanta dentro del Lufthansa Lounge que utilizan los pasajeros de business class y los miembros elite de Star Alliance.

A todos los efectos, la entrada es la misma, apenas pasas el control de seguridad a la izquierda.

Una vez dentro, la misma gente de recepción te acompaña hasta la parte superior en un ascensor. En la primera planta está el Business Lounge, la segunda planta el Senator Lounge, y en la tercera el de primera clase.

A este último tienen acceso, además de los pasajeros volando first class, los miembros HON Circle del programa de fidelidad de Lufthansa.

Como les comentaba, es una entreplanta pequeña pero muy tranquila y completamente independiente del resto del lounge.

Consta de un area para sentarse, un pequeño buffet-bar en el medio, y en la parte trasera un restaurante a la carta con unas 10 mesas.

Los sofás son muy parecidos, si no los mismos, a los que hay en los lounges de primera clase de Frankfurt y Munich. De hecho todo el ambiente lo es, como si hubieran trasladado el concepto literalmente.

El sector del restaurante también es muy agradable y tiene un menú bastante completo, comparable también a cualquiera de los lounges de Frankfurt y Munich.

El buffet también es interesante, para aquellos que pretendan solo picar algo.

Hay varias opciones frías de quesos, embutidos, verduras, hummus, frutas, etc

Y la cantidad y variedad de bebidas alcohólicas es excepcional.

Por ejemplo, hay diez opciones de vino tinto de todas las latitudes del mundo para elegir, entre ellos argentinos y chilenos por los que tengo una debilidad.

Un poco más de lo mismo con los blancos y champagne Ruinart, que como dato de color les cuento que es la champagnería en funcionamiento más antigua del mundo, produciendo desde 1729!

Licores, cognacs y aperitivos varios.

Ah… y hay bebidas sin alcohol también, pero a quién le importa.

En downside? La máquina de café. De cápsulas, no tiene  nada que ver con el nivel del resto del lounge.

Era un poco temprano para mi, recién había desayunado (sí, me levanto tarde) y aun no tenía demasiada hambre, así que preferí un mix de almendras y un malbec argentino para entrar en calor.

Mientras tanto aproveché para ducharme y afeitarme antes de almorzar.

Las duchas se encuentran dentro del Senator Lounge, en la planta inferior. Basta solicitarla a cualquiera de los empleados y apenas se libera una te avisan.

Excelentes, espaciosas, cómodas y con una cantidad brutal de amenities.

Ya acicalado, y algo picado, me senté a almorzar.

Cambié el registro a Champagne y me serví yo mismo una entrada de quesos y algo de jamón ibérico.

Luego sí llegó mi pedido a la carta de carne asada, en su punto, deliciosa.

A todo esto, mientras terminaba de almorzar, se presentó una simpática empleada de Lufthansa para acompañarme a abordar el avión, así que el postre tendrá que esperar.

Ya lo dije alguna vez: después de tantos años volando, todavía me emociona ver un B747 aparcado al final de la manga y estar a punto de montarme en él.

Conclusión:

Lufthansa siempre tiene ese «je ne sais quoi» cuando se trata de sus salones de primera clase. Han logrado un producto sólido muy efectivo y sobrio, sin necesidad de mucho piripipí.

Dentro de los Estados Unidos, entre los que yo he visitado, solo se le acerca el Flagship Dining Lounge de American Airlines en JFK

Si van a volar First Class con ellos desde JFK, les recomiendo llegar un poco antes al aeropuerto y disfrutar de este espacio y de todo lo que tiene para ofrecer. Super privado, con una calidad de productos excelente y atención impecable.

Visitaron este lounge? Que sensación les dejó?