INTRO:
Una vez más me tocaba ir a Buenos Aires, esta vez por una semana. Lufthansa ofrecía desde Frankfurt la que para mí es la cabina de First más práctica y cómoda del mundo: la de sus 747-400 (desde hace algunos meses, ya vuela con el 747-800).
La particularidad de este producto es que dispone de un asiento y una cama, independientes uno del otro, las dos opciones estan disponibles en todo momento. Siendo sólo 8 asientos en todo el upper deck del 747 (dispuestos con una configuración 1-1) la atmósfera es muy íntima, y mucho más si eres el único pasajero en toda la cabina, como me sucedería hoy.
Existe mejor noticia que una cabina vacía para un vuelo de 13 horas?
La noche anterior había dormido en Frankfurt, así que decidí llegar al aeropuerto con la suficiente antelación como para poder aprovechar un poco el estupendo First Class Terminal (FCT) de Lufthansa, considerado por mí, y probablemente por muchos otros, el mejor lounge del planeta.
Ofrece, entre otras cosas, de un restaurante a la carta, un bar increíble, salón para fumadores con una selección variadísima de cigarros, habitaciones privadas para descansar, bañera con hidromasaje y traslado en limo (Porsche o Mercedes Benz) directamente hasta el avión.
La primera impresión del terminal es de un lujo absoluto. Es difícil encontrar un punto negativo, tanto en su diseño como en los servicios ofrecidos. Es sencillamente maravilloso.
Una elección complicada:
Una hora antes del vuelo decidí darme un baño para refrescarme antes del largo viaje, pero sobre todo para llevarme otro de los famosos patitos que Lufthansa provee en el FCT.
Inmediatamente después, vino a buscarme un representante de la compañía para escoltarme a través de migraciones hasta el coche que me llevaría al avión.
EL VUELO:
Lufthansa (LH) LH511
Frankfurt (FRA) – Buenos Aires (EZE)
Avión: Boeing 747-400
Asiento: 83H (First Class)
Horario salida/llegada: 10:05PM – 07:48AM
Duración: 12:43
El coche me dejó al pié del avión, en la entrada del ascensor que te sube hasta el finger, y desde allí caminé directamente a la puerta 2L, justo delante de las escaleras que suben al upper deck. Al abordar, la tripulación me comunicó que hoy sería el único pasajero en la cabina, por lo que todos los asientos estaban disponibles.
Decidí conservar mi original y preferido, el 83H, que se encuentra a mitad de la cabina, por lo tanto lejos del galley y de los baños. Además yo tengo una manía (inexplicable) de viajar siempre del lado derecho de los aviones.
Acepté una copa de Laurent-Perrier Grand Siècle y unas nueces de macadamia mientras esperábamos finalizar el embarque.
Mi vecino, el 83C.
Por supuesto, NUNCA me toca en Lufthansa el amenity kit de Rimowa. Esta vez fué el Braun Buffel, con productos de La Pairie.
Una vez que decolamos, la tripulación tuvo la delicadeza de mantener las luces tenues en la cabina, incluso durante el servicio de cena.
Menú para esta noche, mi elección fué el pollo asado con Páprika
En cuanto a los vinos, empecé por el francés Château Belgrave 2007, que terminó por no convencerme, y luego elegí (y esta vez acerté) el toscano Farnito 2009.
Increíble set de entradas:
Otro detalle clásico de Lufthansa First es la manteca con el sello:
Al terminar de cenar, me puse el curioso set de pijama diseñado por Van Laack, jamás comprenderé por qué la parte de arriba es de una tela y color, y los pantalones de otro, y me fuí a dormir.
La cama es comodísima, y debo haber dormido 7 u 8 horas antes de despertarme ya sobre el sur de Brasil, listo para desayunar. Al poco tiempo iniciamos el descenso y aterrizamos en horario en Buenos Aires.
Fué un vuelo realmente maravilloso. La tripulación muy atenta, y la sensación de disponer de todo el upper-deck del B747 para uno es algo verdaderamente particular.
Una de las pocas veces en las que hubiera preferido quedarme en el avión, antes que bajarme.
Conclusión:
Hay algo de Lufthansa que es admirable, y es su previsibilidad. Uno sabe que esperar de ellos, y eso es exactamente lo que va a recibir. Es una compañía extremadamente consistente en su servicio y esto es una tranquilidad enorme para el viajero.
La experiencia del FCT tiene realmente un feeling de exclusividad absoluta. A mi juicio, Lufthansa en Frankfurt ofrece la mejor experiencia en tierra del mundo para pasajeros de first class. Nada está librado al azar desde que llegas hasta que abordas el avión.
Definitivamente único, ligeramente por delante del Royal First Lounge de THAI en el aeropuerto de Bangkok, aunque sin el spa!
10 comentarios
Excelente post! Que gran experiencia!
Gracias por compartirla.
Gracias Juano! El el post del American787 te comenté sobre la valija. Abrazo y gracias!
Queremos foto con el pijamita puesto !
ok Alicia, pero todos ustedes mandan también fotos en pijama entonces! 😉 Gracias
Yo siempre, pero siempre, lado izquierdo
Leo, no nos vamos a pelear nunca!
Cuando sea grande quiero ser como vos!..jajjaa
? Yo cuando sea grande quiero ser otro! Espero que te haya gustado el reporte Luciano! Abrazo
no tuve oportunidad de viajar en Lufthansa, pero creo que es una maravilla como debe ser air france o british airways.
gran detalle la manteca y su ya característica rosa roja.
Mi experiencia fue siempre muy superior en Lufthansa que en British. Muy.
Ahora Air France lanzo esta nueva configuracion de First que aun no tuve oportunidad de probar, pero de la cual escuché maravillas, incluso de su servicio de tierra, en línea con el de Lufthansa. A ver cuando se me da el reporte! ?