Pasé la noche alojado en el Hyatt Regency SFO, con el propósito de estar a tiro de piedra del aeropuerto a la mañana siguiente, lo único que me interesaba durante mi corta estancia de apenas 17 horas.
Mi vuelo con Air Canada desde San Francisco a Toronto estaba programado para las 12 del mediodía. Tratándose de USA, sería razonable llegar al aeropuerto al menos a las 10:30am, para lo cual tenía que subirme al shuttle de las 10am, prácticamente el alba para mi.
Me desperté media hora antes, ducha veloz, gafas oscuras y al ruedo…
No había desayunado en el hotel porque, entre comer y dormir, elijo dormir, así que ni bien pasé la seguridad hice un rápido repaso mental de los lounges disponibles para meter un espresso y un dulce entre pecho y espalda.
Volando business class y teniendo status Gold en Star Alliance podría haber visitado el United Club, pero a último momento decidí presentarme el Amex Centurion Lounge, al que tengo acceso por ser usuario de la tarjeta American Express Platino.
Que gran error… el Centurion era un infierno de gente, en plan fila de cuatro o cinco personas para servirse un café. Ya ni hablemos de lugar para sentarse! Terminé ubicándome encima de una mesita ratona.
Al primer llamado de embarque me escapé del lounge, caminé los 10 minutos que me separaban del gate, y embarqué sin demoras en el bonito B787-9 de Air Canada que me llevaría a Toronto.
SUMARIO DEL VIAJE:
– Reporte: Hotel MOXY Aeropuerto de Munich, Alemania
– Reporte: Business Lounge de Lufthansa en el Aeropuerto de Munich
– Reporte: Business Class Lufthansa A330 Munich-Toronto
– Reporte: Maple Leaf Lounge de Air Canada en el Aeropuerto de Toronto
– Reporte: Business Class Air Canada A320 Toronto-San Francisco
– Reporte: Hotel Park Central San Francisco, USA
– Reporte: SkyClub de Delta en el Aeropuerto de San Francisco
– Reporte: Clase Económica de Delta E-175 San Francisco-Los Angeles
– Reporte: Hotel Travelodge Santa Monica Los Angeles, USA
– Reporte: Tren Amtrak Surfliner de Los Angeles a San Diego
– Reporte: First Class de Virgin America A320 San Diego-San Francisco
– Reporte: Hotel Hyat Regency de San Francisco, USA
– Reporte: Business Class de Air Canada B787-900 San Francisco-Toronto
– Reporte: Business Class de Air Canada B777 Toronto-Munich
El Vuelo:
Air Canada (AC) AC738
San Francisco (SFO) – Toronto (YYZ)
Avión: Boeing 787-9
Asiento: 7K (Business Class)
Hora de salida: 12:33pm
Hora de llegada: 7:57pm
Duración: 4:24hs
Cuando llegué al final de la manga, la tripulante que estaba recibiendo a los pasajeros en la puerta 2L tenía algún problema con un pax que se estaba quejando, así que distraída con él ni chequeo mi boarding pass, ni me dió los buenos días, ni nada de nada.
La cabina es muy bonita, con aspecto moderno y diseño filoso. Tiene un total de 30 asientos distribuidos con una configuración 1-2-1, con ocho individuales a cada lado de la cabina y siete pares en el centro.
Hoy iba completamente full, ni un solo asiento libre.
Normalmente prefiero sentarme en el último asiento de la cabina, pero en este avión la fila 8 (y también la 5, ojo) tienen una sola ventanilla mientras el resto tienen dos, algo que en un vuelo nocturno me da igual pero en uno diurno prefiero evitar. Por este motivo reservé el 7K
Los asientos individuales están posicionados en ángulo hacia la ventanilla y rodeados de una robusta estructura que brinda mucha privacidad durante el vuelo, un aspecto que para mi es clave.
Te esperan sobre el asiento al momento del embarque una manta, una almohada y una botella de agua mineral.
Apenas me senté pasó la tripulación repartiendo los amenity kits y apuntando las preferencias de comida, y a partir de ese momento desaparecieron hasta el pushback.
Me sorprendió que ni siquiera ofrezcan tragos de bienvenida, sobre todo porque nuestra partida se demoró más de media hora una vez que ya estábamos embarcados.
A lo largo del vuelo me daría cuenta de que se trataba de una tripulación desganada y perezosa, casi sin excepciones, todo lo contrario a lo que me había sucedido a la ida.
Volvamos a los detalles del asiento. La pantalla es bastante grande y el sistema de entretenimiento completo, con mucho contenido en varios idiomas y sencillo de operar.
En el apoyabrazos se encuentra el mayor compartimento de almacenaje del asiento, y dentro el comando de la TV, un enchufe universal, un puerto USB y los auriculares noise cancelling.
Justo debajo hay un pequeño display desde donde ajustas las posiciones del asiento, las luces, el grado de oscuridad de las ventanillas, e incluso si prefieres ser despertado o no para el desayuno!
Quizás la mayor curiosidad del Boeing 787 sean sus ventanillas, que no utiliza cortina de plástico sino que se oscurecen a través de un mecanismo electrocromático que te permite regular a voluntad el grado de transparencia.
Bueno, casi a voluntad, porque nunca termina de oscurecerse al 100%. En un vuelo con luz exterior, la oscuridad en la cabina nunca es absoluta.
Hay otros dos espacios de almacenaje de menor tamaño a ambos costados del asiento, ideales para la botellita de agua y objetos menores.
Y una luz de lectura individual.
El amenity kit es sencillo pero suficiente. El estuche es bonito, y dentro contiene un par de calcetines/medias, una máscara de ojos, cepillo y pasta de dientes, crema hidratante, manteca de cacao, tapones de oido y un caramelo.
Hicimos el pushback con 35 minutos de retraso entre una marea de aviones de United, el rey de Star Alliance en SFO.
Y veinte minutos después partimos rumbo a Toronto. Despegar desde SFO es increíblemente escénico, hoy atravesamos la bahía y sobrevolamos la ciudad de Oakland, ubicada justo enfrente y a cuyo aeropuerto vuelan LEVEL y Norwegian desde España.
Señal de cinturones apagada y primera excursión al lavabo, que me sorprendió por sus amplias dimensiones, su aspecto y su limpieza.
Además con ventanilla incluída, muy útil para el maquillaje de la dama y la inspiración del caballero.
Comida y Bebida Air Canada
Con una demora inusual empezó el servicio. Pasó una hora desde el despegue y casi dos desde el embarque hasta que aparecieron las primeras bebidas en la cabina.
Había dos tintos y dos blancos en el carro. Pedí el multivarietal francés Gérard Bertrand 2014 de Corbières al que no le sobró nada, y un vaso de agua Perrier.
Este es el menú completo:
El servicio no solo inició tarde sino que se hizo lento, con largas esperas entre platos y alrededor de 90 minutos de duración. En resumen:
De entrante una ensaladita sin mucha gracia, por no decir ninguna.
De principal un pollo tandoori con arroz basmati muy sabroso.
Y para el postre, un maridaje de cookie de chocolate y helado de vainilla ????
Incapaz de dormir a estas horas pasé el resto del viaje mirando películas y series, entre ellas la inglesa The Trip, una película que me gustó mucho y cuyo argumento gira en torno a la amistad, los viajes y la comida. No puede fallar.
El asiento en modo cama es cómodo y, aunque se estrecha hacia el final del apoyapiés, en mi caso no resultó un problema.
Vamos… para nada!
Durante el vuelo se montó un bar en el galley, aunque igualmente la tripulación pasó un par de veces por la cabina ofreciendo snacks y bebidas.
Una cosa que me molesta es que 45 minutos antes de aterrizar pasen a recoger los auriculares. Siempre me pareció un absurdo, pero imaginemos que fuera inevitable… es necesario que sea 45 minutos antes?
En fin, me ofrecieron unos alternativos sobre los cuales ni siquiera emitiré juicio, y eventualmente iniciamos el descenso.
Aterrizamos a las 8pm horario de Toronto. Con unos 40 minutos de margen hasta el embarque de mi vuelo a Münich, me fui a matar el tiempo en el bonito Maple Leaf Lounge.
Conclusión:
Tuve en líneas generales un buen vuelo con Air Canada, a pesar de que no fue mi día de suerte con la tripulación cuyo desgano interfirió demasiado en el servicio.
En cualquier caso disfruto de volar con ellos, sobre todo en el B787-9 que es un avión maravilloso, y su cabina de business class un verdadero lujo para rutas regionales.
Valoro también las ventajas de el aeropuerto de Toronto, y lo notablemente más sencillo que resulta conectar allí que en cualquier otro hub de USA.