SUMARIO DEL VIAJE:
Reporte: British Airways Business Class B777 , Londres-Buenos Aires
Reporte: Amex Centurion Lounge, aeropuerto de Ezeiza en Buenos Aires
Reporte: Tour por el interior del Boeing 747-800 de Lufthansa
Reporte: Lufthansa First Class B747-8 Buenos Aires-Frankfurt
Reporte: Hotel Radisson Blu Berlin, Alemania
Reporte: Sala vip Junkers, aeropuerto de Schönefeld, Berlin
Estaría solo dos noches en la ciudad, así que mi prioridad absoluta para la búsqueda de hoteles en Berlin era la ubicación.
Además, llegaba al aeropuerto de Tegel y partía nuevamente desde Schönefeld, por lo cual la cereza del postre sería tener acceso directo en transporte público desde ambos aeropuertos. Demasiadas pretensiones, no?
En Berlin todos los caminos conducen a Alexanderplatz y, por suerte, todos los trenes, metros y autobuses también.
Había dos hoteles que cumplían con todos mis requisitos, ambos de la cadena Carlson en la que además tengo status gold, por lo que pácticamente seguro podría obtener un upgrade a una habitación de categoría superior: el Radisson Blu Berlin y el Park Inn Alexander Platz.
Terminé eligiendo el primero porque es superior en calidad, y la diferencia de precio era irrelevante.
El hotel esta perfectamente ubicado en pleno Mitte, a 5 minutos a pie de Alexanderplatz y literalmente pegado a la catedral de Berlin y la isla de los museos.
A mi juicio, uno de los distritos mas recomendables para alojarse: bien comunicado, accesible desde los dos aeropuertos, lleno de bares y restaurantes, y a pie de varias de las atracciones más importantes de la ciudad, en fin… lo tiene todo.
La primer sorpresa en el Radisson Blu Berlin te la llevas apenas entras, y no por su servicio ni sus amenities, sino porque tiene el acuario circular más grande del mundo colgado en el medio del lobby.
Lo que me resulta imposible comprender es a quién se le ocurrió la idea, o en que contexto: “Oye… y si ponemos un estanque de 25 metros de altura en el lobby que tal?” Hay algo innegable: consiguen llamar la atención, al menos la mía.
Alberga 2.500 especies distintas de peces tropicales y 264.000 galones de agua, algo así como 800.000 litros.
Posee también un ascensor en su interior, por el que puedes subir y apreciar de cerca los peces que lo habitan.
El acceso no pertenece al hotel sino al AquaDom, un museo al que accedes por una calle lateral y cuya entrada, que incluye la visita al acuario, cuesta 14.50€ para los huéspedes.
Se acuerdan el upgrade que les comenté? Bueno, pues nada. Cuando llegué a la recepción me asignaron una habitación standard. Pedí incluso una habitación con vistas a la catedral y ni siquiera eso: querían cobrármela 50€ más por noche.
Hubiera esperado un upgrade de cortesía teniendo status y habiendo habitaciones libres, pero bueno… ni me hicieron el upgrade y ni les pagué los 50€.
El buen jugador sabe perder, agaché la cabeza y me fui silbando bajito.
Justo debajo del acuario se encuentra el simpático bar del hotel, que por cierto está abierto hasta tarde por la noche y sirve unos cocktails estupendos.
Justo delante del bar, camino a los ascensores, está este pequeño photocall con un texto que estimulaba a subir fotos a Instagram con el hashtag del hotel. Aparentemente todas las semanas seleccionan una foto y otorgan un voucher de 100€ al autor.
Los ascensores son vidriados, y funcionan solo con tu llave de acceso a la habitación, algo muy común en los Radisson y un detalle importante de seguridad, ante la que está cayendo…
El hotel tiene un total de 427 habitaciones. Las pares miran hacia en interior del edificio, es decir hacia el lobby y el acuario, mientras que las impares son todas exteriores.
Este detalle puede resultarles útil a la hora de solicitar una habitación.
La mía era finalmente una standard, simpática, con ese estilo inconfundiblemente nórdico de los Radisson en dónde todo es simple y efectivo.
Frente a la cama, un escritorio de dimensiones razonables, y una TV que podría ser un poquito más grande.
La cama doble, en realidad, son dos individuales pegadas cada una con su edredón por separado. Esto es algo que se repite cada vez más en europa, particularmente en el norte.
Te quiero, pero tampoco tanto 😉
Tiene una mesita móvil, que sería de extrema utilidad para desayunar o trabajar con un ordenador, si eventualmente un ser humano cupiera debajo de ella.
El servicio de wifi muy eficaz y simple: ni contraseñas, ni apellidos, ni número de habitación, ni nada. Basta elegir la red del hotel y voilà!
Desde el escritorio también puedes conectarte a través de un cable.
Estas eran las vistas, por llamarlas de alguna manera, que me asignó la preciosa criatura de Dios que me hizo el check-in.
Un montón de oficinas sobre la callecita lateral del hotel, que es peatonal, cubierta, repleta de restaurantes, y se llama, no vale reirse, Heiligegeistkirchplatz!
Volviendo a la habitación, tiene un par de espacios de almacenaje, el más importante apenas entras en ella, con amplio espacio para colgar ropa y lugar para ubicar una maleta.
El baño es agradable, también con el estilo inconfundible de los Radisson Blu. La ducha cómoda y abundante, con bañera incluida.
Los amenities tradicionales de ThisWorks, de los que no soy muy fan.
Este detalle me sorprendió, ya lo había visto alguna vez pero no consigo recordar dónde. La misma puerta por la que accedes desde el pasillo al baño, girada hacia el otro lado, sirve para cerrar el cuarto del váter/inodoro.
Tiene sentido, aunque no se si el propósito es ser cool, ahorrar en puertas o en espacio.
Al lado de la cama se encontraba el frigobar, disimulado detrás de esta puerta blanca que dejaba entrever la selección de tés y cafés que el hotel obsequia de forma gratuita a todos sus huéspedes.
No tiene máquina de espresso, sino un calentador de agua y café soluble.
El minibar esta bien, con lo justo como para sacarte de un apuro durante una madrugada complicada.
En este impecable estado dejé la habitación cuándo hice el check-out un par de días después. Mi vuelo a Italia partía a las 7pm, así que solicité un late check-out hasta las 2pm, que me fue amablemente otorgado.
Eso fue lo más lejos que me llevó mi status con Carlson en esta propiedad.
Conclusión:
Mi tarifa incluía el desayuno, aparentemente generoso y servido en la planta baja del hotel en el restaurante Heat. Es muy, muy improbable verme despierto a esas horas, así que pido perdón a los lectores a quienes este detalle puediera interesarle. No hice uso de este beneficio.
El hotel en sí es muy agradable, y tremendamente particular. Su lobby debe estar entre los más curiosos del mundo, y sin duda vale la pena visitarlo. La ubicación es casi inmejorable, y las habitaciones estan bien a pesar de las vistas.
Relación costo beneficio razonable, en gran medida por su ubicación: pagué unos 110€ por noche.
6 comentarios
Gold en Club Carlson es inútil para upgrades, pero si te ortoga desayuno gratis que en los Radisson Blu de Europa normalmente son buenos y pueden costar +20 euros p/persona.
Gracias por el reporte! Me ahorraste la estadía en este hotel! ;D
Vinny, a mi la verdad me h ido bien con el tema upgrades, al menos en Europa. Si es cierto que últimamente el porcentaje de éxito ha disminuído.
Yo igualmente repetiría, dependiendo de la tarifa.
Abrazo!
Me parece muy interesante la propuesta Hernan. La verdad es que este tipo de hoteles a mi personalmente me gustan por su funcionalidad y ubicación. Para los que pasamos bastante noches al año en hoteles es lo que buscamos. Al menos yo.
Desde luego si es así la pecera… Me gustaría ver la piscina. jejeje,
Un saludo viajero.
Manu querido! Tiene una piscina interior, y un spa. No hice fotos, pero te aseguro que la pecera es más impactante 😉
Saludos!
Es uno de los hoteles que tengo en vista para cuando visite Berlín. Me gustan las peceras, tuve una bastante grande en mi casa durante años.
En cuanto a upgrades, en un Radisson Blue en Stavanger Noruega, me dieron una habitación pedorra con vista al interior, salvo que no había pecera ni nada interesante para ver. Inmediatamente me fui a quejar, les dije que era gold y que el upgrade era un beneficio, y me upgradearon a algo así como una Jr. suite, muchísimo mejor.
La verdad, te lo recomiendo. El hotel esta muy bien y la ubicación es un escándalo.
Y si te gustan las peceras, ya sabes: Habitación impar, de la tercera planta para arriba. La vas a tener entrándote por la ventana!
Abrazo!