Reporte: Sala Vip Masaccio Aeropuerto de Firenze, Italia

Sumario del Viaje:

Introducción
Reporte: Sala Vip Masaccio, aeropuerto de Firenze
Reporte: Air France Business Class Airbus 318  Firenze-París
Reporte: Air France Business Class Boeing 777-200  París-Buenos Aires
Reporte: Salón Cóndor de Aerolineas Argentinas, aeropuerto de Ezeiza
Reporte: Air France Business Class Boeing 777-200  Buenos Aires-París

No voy a esconder que le tengo un cariño especial al aeropuerto de Firenze, ni tampoco que este cariño está vinculado estrictamente a mi historia personal, ya que es un aeropuerto que utilicé bastante durante los early days de mi vida en Europa.

Dicho esto, y hablando con total franqueza, este aeropuerto es indigno de la ciudad que sirve, y en cualquier índice europeo que evalúe relevancia del destino vs. infraestructura aeruportuaria Firenze pelearía los últimos puestos.

#HaciendoAmigos  😉

Sala Vip Masaccio Firenze

Llegué con bastante anticipación a FLR, con el check-in hecho online y ninguna maleta para despachar, así que me fui sin escalas a la sala vip Masaccio, el único lounge en todo el aeropuerto compartido por todas las aerolíneas que operan en él, que no son pocas.

Además de Air France, tienen vuelos regulares desde este aeropuerto Alitalia, British Airways, Lufthansa, Swiss, Iberia y Qatar entre otras, por lo que todos sus pasajeros volando en cabina premium o con status de viajero frecuente pueden acceder a él. También tienen el acceso permitido los miembros de Priority Pass

El primer dato curioso es que este lounge está fuera del area de embarque, justo antes de pasar seguridad. Es un detalle importante porque, aunque es un aeropuerto pequeño y las puertas están a no más de 100 metros de la sala, puedes tardar 10 o 15 minutos en llegar hasta ellas.

Atentos los pícaros a los que les guste llevarse bebidas del lounge al avión 😉

Metros antes de llegar al control de seguridad, sobre la izquierda, se encuentra la entrada. Me mata la imagen de la virgen al lado de la puerta, nada más terroríficamente tano.

La sala es minúscula, y bastante austera. Está dividida en dos salones principales: el primero apenas después de la recepción, de frente a la entrada de la sala.

Y un segundo, más pequeño, girando hacia la izquierda apenas pasas la recepción.

Este último tiene a su vez un rincón para niños, que afortunadamente hoy estaba vacío.

Y también una habitación anexa tipo de sala de conferencias, con una gran mesa central y ocho sillas a su alrededor.

En circunstancias normales, es un buen rincón para refugiarse.

El lounge estaba llamativamente limpio respecto a como lo he encontrado otras veces. También es cierto que había poca gente, nunca llegamos a coincidir demasiados al mismo tiempo. Tengamos en cuenta que con 30 personas este lugar estalla.

Hay una biblioteca con una buena variedad de libros, revistas y periódicos internacionales.

Entre ellos Le Monde, El Pais y The Wall Street Journal.

Los sofás son todos individuales y relativamente cómodos, y tienen un pequeño puerto personal con tres enchufes a su lado, uno de los aspectos más positivos de la sala. Que importante tener opciones para recargar tus dispositivos!

La sala ofrece también acceso gratuito a internet por wifi de buena calidad.

No… eso NO es una ducha!!!

Con tiempo suficiente hasta el embarque de mi vuelo, y después de pasear toda la tarde por el centro de la ciudad, se me ocurrió preguntarle a una de las chicas de la recepción si ofrecían duchas en el lounge.

Hacía bastante tiempo que no pasaba por aquí y no recordaba si tenían. La respuesta fue desconcertante.

Se excusó diciéndome que no pero un segundo después, con un gesto de exclamación como aquel a quién acaba de ocurrírsele una idea brillante, me acompañó hasta adentro del toilette y señalándome este duchador de partes íntimas me dijo: «Pero tenemos esto, cree que podría servirle?» ????

Debí mirarla con una cara de estupefacción tal, que dio media vuelta y se fue, y yo aún no terminé de entender si realmente me hablaba en serio.

El lavabo presentaba un aspecto no demasiado agradable, en mal estado de conservación y limpieza deficiente. El suelo estaba sucio de cosas que no querrían ver, y después de meditarlo mucho he decidido ahorrarles la foto, pero existe.

El tacho de basura abierto con todos los papeles a la vista me parece de un mal gusto espantoso.

Y otro highlight del lounge: al lado de la pileta para lavarse las manos, un cartel con instrucciones de como hacerlo, incluso traducido al inglés! Una maravilla.

«Soltanto se visibilmente sporche…»

Comida y Bebidas

Este es otro aspecto polémico de la sala. Digamos que el stock de bebidas frías es razonable, hay refrescos, zumos, agua, un par de vinos, aperitivos, licores y whisky.

Sector de bebidas alcohólicas

Ya en términos de bebidas calientes, hay una decente selección de tés y una impresentable máquina de café, algo que debería ser inadmisible en cualquier lugar de Italia.

Por desgracia no es una excepción, porque en la sala vip del aeropuerto de Pisa incluso es peor.

La comida consiste en una serie de snacks y sandwiches empaquetados. Bastante variedad, es cierto, pero no dejan de ser conservas.

Conclusión:

Las salas vip en Italia son obsoletas, con excepciones puntuales, porque obsoleta es su infraestructura aeroportuaria. La sala vip Masaccio es una muestra más de esta deficiencia que cada año se evidencia más con respecto a sus vecinos europeos.

Siendo la única sala en el aeropuerto, tampoco es que uno tenga demasiadas opciones, al fin y al cabo siempre va a ser mejor esperar tu vuelo aquí que en la puerta de embarque.

La sala es limitada de espacio y servicios, los baños están en muy mal estado de limpieza, y la calidad de la comida es mediocre, limitándose a snacks y sándwiches envasados.

La conexión a internet es buena, y las dos chicas de la recepción fueron muy simpáticas, aunque todavía no termino de entender si lo de la ducha me lo dijeron en serio «o mi hanno preso per il culo«.