Llamaron a embarcar alrededor de las 6:30pm, pero me lo tomé con mucha calma ya que la puerta de embarque no estaba a más de 50 metros del lounge.
Mi Flight Memory acusa mas de 80 vuelos en distintos Boeing 747 a lo largo de mi vida, sin embargo sigue produciéndome una sensación única cada vez que monto en uno de ellos. No existe nada, pero nada más bonito en la aviación comercial que el B747.
SUMARIO DEL VIAJE:
Reporte: Sala Vip Aurora Aeropuerto de Arlanda, Estocolmo
Reporte: Business Class de British Airways A321 Estocolmo-Londres
Reporte: Galleries Lounge British Airways aeropuerto de Heathrow
Reporte: Primera Clase de British Airways B747 Londres-New York
Reporte: Flagship First Lounge Dining American Airlines en New York JFK
Reporte: First Class de American Airlines A321 New York-Los Angeles
Reporte: The Paramount Hotel, Seattle (dos evacuaciones incluidas!)
Reporte: First Class Lounge British Airways aeropuerto de Seattle
Reporte: Primera Clase de British Airways B747 Seattle-Londres
Reporte: Sala Vip de Llegadas British Airways Londres Heathrow
Primera Clase de British Airways
British Airways (BA) BA48
Seattle (SEA) – Londres (LHR)
Avión: Boeing 747-400
Asiento: 1K (Primera Clase)
Hora de salida: 7:42pm
Hora de llegada: 12:30pm
Duración: 8:48hs
Los detalles generales del servicio, del asiento y las facilidades de la primera clase de British Airways ya los comenté en profundidad durante la reseña del vuelo de ida entre Londres y New York, así que en este post solo comentaré algunas particularidades puntuales de este vuelo.
La primera es una especie de sensación de pánico/terror que sentí al ver una pareja con un bebé ya llorando durante el embarque en la última fila de la cabina.
No quiero ser prejuicioso pues yo mismo he volado con niños en primera clase, pero siempre intentando ser muy respetuoso del entorno y reduciendo al máximo el impacto sobre el resto de los pasajeros.
La lotería de no saber que grado de responsabilidad tienen los padres siempre causa una cierta incertidumbre. La gran fortuna fue que yo estaba en la fila 1 y ellos en la 5, aun así se hizo sentir por momentos.
Una botella de agua y el menú ya estaban esperando en el asiento, y a los pocos minutos de sentarme me trajeron el pijama y las pantuflas.
Solo tuve que agregar una copita de Laurent-Perrier Grand Siècle y ya estaba como en casa. Literalmente.
Mientras hacíamos el pushback los vidrios espejados de la terminal de Seattle me devolvía la silueta de avión absolutamente inigualable que es el Boeing 747, con el atardecer de fondo.
Servicio primera clase de British Airways
Ya les hablé en el vuelo de ida sobre el sistema de entretenimiento, solo recordarles los precios del wifi que varían dependiendo del tiempo de uso y de si necesitas datos únicamente para navegar (Browse), o pretendes descargar videos, series o ver transmisiones en vivo (Stream)
A la media hora de despegar empezó el servicio de cena con el aperitivo, para el cual elegí un Château Lynch-Moussas 2009 maravilloso, acompañado por unos frutos secos y una copa de agua con gas.
El Menú
Cena
Bebidas
El servicio se ejecutó buena predisposición pero exagerada lentitud (una de cal, una de arena).
El appetiser consistía en un pequeño plato que contenía un corazón de alcachofa marinado, queso, jamón, oliva y pimiento relleno.
Simpático, sí, pero nada de otro mundo.
De entrante pretendía algo ligero también, así que opté por la ensalada verde con tomates cherry, olivas y vinagreta.
Ya en el principal subí un poco la apuesta y elegí la carne con vegetales y demi glace de pimienta.
Sabrosa pero demasiado pasada de punto.
De postre helado de vainilla con trozos de chocolate por encima.
Solicité el armado de cama a la tripulación. Era demasiado temprano para mi, así que recurrí a una pastillita loca que llevo conmigo para estos casos (cosas del viajero) y 20 minutos más tarde estaba knock out.
La cabina de british nunca es demasiado oscura porque dejan las luces de led azules del techo encendidas durante la noche, igual ni me enteré.
Desperté tres o cuatro horas más tarde con los primeros movimientos de la cabina mientras preparaban el segundo servicio.
A mi desayuno habitual de espresso, croissant y frutas le agregué el plato de english breakfast tradicional, que consiste en unos huevos revueltos con unos trozos de bacon que solo de mirarlos sientes el pico de colesterol.
En fin, muy rico todo.
Descendimos sobre una nubladísima Londres en donde aterrizamos cerca de las 12:30 del mediodía, después de casi 9 horas de vuelo desde Seattle.
Desde la manga hice esta foto de la nariz del B747 que me trajo sano y salvo hasta aquí, matrícula G-BYGC, que pocos meses después fue pintado con una librea retro de la aerolínea.
Y que hoy luce absolutamente despampanante!
Conclusión:
Este vuelo no cambió un ápice mi opinión sobre la tan criticada primera clase de British Airways.
Se trata de un producto decente, una cabina agradable, con un servicio generalmente bien ejecutado por sus tripulaciones pero con un asiento y un sistema de entretenimiento que están a años luz de una primera clase con todas las letras, aunque marginalmente mejorado en sus nuevos Boeing 787.
Volaría otra vez con ellos? Desde luego, mucho más si se trata de hacerlo en la nariz del B747 que para mi es ya un lujo en sí mismo.
Movería cielo y tierra para hacerlo o la priorizaría ante otras aerolíneas? Probabemente no.
2 comentarios
Me vuelvo loco por los viajes!!,En primera clase viaje’ solo 2 veces En mi vida ,pas asez d argent»!! Però recorri mas de medio mundo hasta los 85!!!
Hola Dimitri! Lo realmente importante es poder viajar, seamos realistas. Ya me gustaría a mi poder hacerlo hasta los 85!
Luego si a uno le apetece y puede darse el gustito extra no está de más.
Saludos y gracias